Una tienda de café que le cambia la vida a todo el que
entra
Jóvenes enseñan sobre
la bebida más representativa del país y ayudan a otros a salir adelante.
La primera vez que
Áxel Vega vio a su abuela llorar por él, decidió que era hora de alejarse de
las drogas que consumía desde hacía un par de años y que –cuenta– le estaban
cerrando muchas puertas.
“Lo íbamos a sacar
del Sena por ese problema que tenía, pero decidimos que lo mejor era ayudarlo a
salir adelante”, cuenta David Noreña, que entonces era uno de sus más exigentes
instructores de la carrera técnica en mesa y bar.
La oportunidad dio
resultado y fue tal la recuperación de Áxel que, con el tiempo, también llegó a
enseñar en la misma institución. Hoy, ellos dos y un tercer exalumno y
exprofesor del Sena, Andrés Soto, son socios de Lienzo Café, una tienda que
busca innovar en el concepto de la venta de esta bebida en el país.
Su proyecto se basa
en la pedagogía que aprendieron a aplicar en el Sena. “Lo más importante para
nosotros es hacer la relación entre lo técnico y el corazón”, dice Noreña. La
intención es convertirse en algo más que un local para tomar café. Quieren
formar a sus clientes en la cultura de la bebida.
“Todos los
colombianos tomamos tinto, pero uno no sabe apreciar realmente lo que hay
detrás”, interviene una clienta en la tienda de Manizales, ubicada en el
aeropuerto La Nubia. Es bogotana y descubrió el local mientras esperaba un
vuelo retrasado. Desde entonces, es fiel a Lienzo.
Mientras uno se toma
la taza, los baristas le enseñan a captar los sabores, la acidez, los amargos,
el cuerpo. Antes, le han explicado paso a paso la preparación, con instrumentos
que bien pueden parecer floreros o instrumentación de laboratorio y que hacen
variar el resultado.
“A mí el café me
cambió la vida”, dice Mateo Correa mientras alista la crema para dibujar unos
tulipanes en un ‘latte’. Su trabajo anterior, como vendedor de un operador de
telefonía móvil, lo tenía sufriendo de gastritis crónica.
Una vez listo el
dibujo en el lienzo de espuma –de ahí el nombre de la tienda–, su compañero
Julián Cárdenas se lo lleva al cliente. Al volver, descubre que le están
diciendo que está “más gordito” porque sus ataques de epilepsia son menos
frecuentes desde que trabaja en la tienda.
Así es como este
proyecto, que hoy genera 12 empleos directos, ha mejorado las condiciones de
vida de quienes han entrado en contacto con él, desde que abrió hace dos años.
Ahora la meta es llegar al exterior y, para eso, ya tienen su segundo local,
que lleva mes y medio en Cartagena.
“Es la mejor ventana
al mundo”, dice Áxel, su administrador, que dejó Manizales para impulsar el negocio
en La Heroica, donde la mayoría de sus clientes son foráneos que se deleitan
con el café de cinco lugares del país –Anserma, Aguadas y Marulada (Caldas),
Huila y la Sierra Nevada–, mientras aprenden sobre su cultura.
Unen arte, diseño y
cocina
Lienzo Café es una de
las empresas que estarán presentes en la feria de emprendimiento en Arte,
Diseño y Cocina (Ardico) que se realizará por primera vez en una ciudad
diferente a Cali, donde se ha hecho desde hace cinco años, tiempo en el que ha
recibido cerca de 30.000 visitantes.
En Manizales estará
este fin de semana, mostrando diversos proyectos nacidos en la ciudad, como
esta tienda de café.
MANIZALES
Colombiano lleva luz
a barrios pobres con postes de energía solar Camilo Herrera creó un modelo de
alumbrado público autosostenible que ha llegado, incluso, a África. Por: ÉDGAR
MEDINA | 12:55 p.m. | 11 de junio de 2015 Camilo Herrera busca llevar luz de
día y de noche a zonas pobres y en conflicto. Foto: Archivo Particular Camilo
Herrera busca llevar luz de día y de noche a zonas pobres y en conflicto.
Infografía El Tiempo. Camilo José Herrera es un joven de 29 años, quien a sus
21 años decidió emprender ante la falta de oportunidades para iniciar una
carrera universitaria. “La formación académica es un lujo en Colombia. No podía
permitírmelo. Así que decidí forjar mis propios negocios. Primero me involucré
en empresas privadas: quebré y aprendí a ser más cuidadoso con los negocios”.
En 2011, tras tres años de escollos en el ámbito privado, Herrera conoció un
proyecto denominado 'Un Litro de Luz', liderado por el filipino Illac Díaz.
Esta organización busca masificar la implementación de una invención que
permite llevar luz, durante el día, a hogares con pobres condiciones lumínicas.
Las botellas se instalan en casas que, por las condiciones de construcción y su
ubicación espacial, carecen de luz incluso durante la jornada diurna. Su
funcionamiento se basa en el principio de refracción: se ubica la botella en un
orificio del tejado. La mitad de la misma queda por fuera de la estructura y
recibe los rayos del sol. Estos, a su vez, se refractan en el interior de la
vivienda. Herrera, motivado por el impacto que este sistema podría tener en
algunas zonas de Colombia, buscó el correo electrónico de Díaz por internet.
Logró contactarlo y entablar un acuerdo para traer 'Un Litro de Luz' al país.
Así empezó su aventura en el ámbito del emprendimiento social. Gracias a Un
Litro de Luz Colombia, Herrera ha llevado iluminación a 3.702 hogares. Su
misión fue enseñar a las comunidades a fabricar las botellas y masificar su uso
en nuestro país. No obstante, Herrera no se sentía satisfecho. Aquella era una
solución cuyo funcionamiento se restringía al día. Durante la noche, los
hogares beneficiados se sumían en la oscuridad de nuevo. En el primer semestre
de 2014, llevó a cabo el primer proyecto piloto para llevar luz en las noches
al barrio de Granizal, en Medellín, donde 18.000 personas viven sin energía
noctura. Al comienzo, su intención era iluminar casa por casa con ayuda de un
sistema basado en energía solar. “Sin embargo, nos percatamos de que plantear
una solución individualizada suponía que algunos hogares resultaran excluidos.
Algunos no podían pagar por las del sistema”, recuerda. Tras una primera
jornada de labores en Granizal, cayó la noche y Herrera y su equipo se
percataron de la carencia de alumbrado público. “El barrio se sumió en absoluta
oscuridad. Entonces nos preguntamos: ‘¿Por qué no diseñamos una solución que
beneficie a toda la comunidad y no a unos pocos?’”. Así surgió la iniciativa
que lo llevó a ser destacado como uno de los 10 jóvenes innovadores menores de
35 años por parte de la publicación 'Technology Review' del Massachusetts
Institute of Technology (MIT): un sistema de alumbrado público autosostenible
basado en paneles solares. Infografía El Tiempo El sistema consiste en unos
postes -o farolas- de luz de bajo costo: cada uno vale alrededor de 700.000
pesos. Son fabricados en materiales de fácil adquisición como PVC, madera o
bambú. Cuentan con un panel solar de 30 vatios y una batería de 18
amperios/hora. Consta de doce bombillos LED, cubiertos por una botella de
plástico que los protege contra las inclemencias del clima, con capacidad para
emitir luz de color blanco puro. El concepto fue ingeniado por el ingeniero
electrónico Pedro López. “La vida útil de cada poste es de 70.000 horas. La
batería se recarga en siete horas y brinda autonomía por hasta tres noches”,
explicó Herrera. La altura de los postes depende de las necesidades de la
comunidad. Si se requieren para actividades que demanden buenas condiciones
lumínicas, se recomienda que su magnitud no supere los 5 metros. Si se
necesitan para iluminar un área mayor, se sugiere que su talla sea de entre 12
y 15 metros. Las farolas tienen un rango de iluminación de entre 40 metros y 60
metros de radio, en función de su altura. La instalación de las farolas se
lleva a cabo en jornadas de voluntariado con la comunidad beneficiaria. Este
proceso se ve acompañado por talleres de capacitación donde se enseña a los
integrantes de la zona a realizar mantenimiento a los postes y a entender su
funcionamiento y virtudes. La implementación del sistema ha sido auspicado por
varias empresas y entidades, entre ellas Novartis y la Universidad EAN. Ya son
numerosos los barrios que cuentan con esta solución de alumbrado público.
Catorce ciudades de Colombia, entre ellas Medellín, Bogotá, Cartagena, Cúcuta,
Pereira y San Vicente del Caguán. Sin embargo, esto no es lo más llamativo.
Dado que 'Un Litro de Luz' es una organización con varias sedes en el orbe , el
sistema de alumbrado público ha llegado a otros países. En abril de este año,
Herrera y su equipo instalaron 50 postes en zonas de Ghana y Kenia, en África.
Para los próximos cinco años, desean expandir su presencia a 50 países del
mundo, 14 en el continente africano. Desean instalar 5.000 postes en zonas en
condiciones de extrema pobreza y en conflicto. Herrera aclara que las farolas
basadas en energía solar no son algo nuevo. "Otras empresas, como Samsung
y Phillips, han creado soluciones similares. Nuestro diferencial fue diseñar un
plan de impacto social", concluye.