jueves, 11 de febrero de 2016

AL DIA CON EMPRENDIMIENTO









Una tienda de café que le cambia la vida a todo el que entra

Jóvenes enseñan sobre la bebida más representativa del país y ayudan a otros a salir adelante.
La primera vez que Áxel Vega vio a su abuela llorar por él, decidió que era hora de alejarse de las drogas que consumía desde hacía un par de años y que –cuenta– le estaban cerrando muchas puertas.
“Lo íbamos a sacar del Sena por ese problema que tenía, pero decidimos que lo mejor era ayudarlo a salir adelante”, cuenta David Noreña, que entonces era uno de sus más exigentes instructores de la carrera técnica en mesa y bar.
La oportunidad dio resultado y fue tal la recuperación de Áxel que, con el tiempo, también llegó a enseñar en la misma institución. Hoy, ellos dos y un tercer exalumno y exprofesor del Sena, Andrés Soto, son socios de Lienzo Café, una tienda que busca innovar en el concepto de la venta de esta bebida en el país.
Su proyecto se basa en la pedagogía que aprendieron a aplicar en el Sena. “Lo más importante para nosotros es hacer la relación entre lo técnico y el corazón”, dice Noreña. La intención es convertirse en algo más que un local para tomar café. Quieren formar a sus clientes en la cultura de la bebida.
“Todos los colombianos tomamos tinto, pero uno no sabe apreciar realmente lo que hay detrás”, interviene una clienta en la tienda de Manizales, ubicada en el aeropuerto La Nubia. Es bogotana y descubrió el local mientras esperaba un vuelo retrasado. Desde entonces, es fiel a Lienzo.
Mientras uno se toma la taza, los baristas le enseñan a captar los sabores, la acidez, los amargos, el cuerpo. Antes, le han explicado paso a paso la preparación, con instrumentos que bien pueden parecer floreros o instrumentación de laboratorio y que hacen variar el resultado.
“A mí el café me cambió la vida”, dice Mateo Correa mientras alista la crema para dibujar unos tulipanes en un ‘latte’. Su trabajo anterior, como vendedor de un operador de telefonía móvil, lo tenía sufriendo de gastritis crónica.
Una vez listo el dibujo en el lienzo de espuma –de ahí el nombre de la tienda–, su compañero Julián Cárdenas se lo lleva al cliente. Al volver, descubre que le están diciendo que está “más gordito” porque sus ataques de epilepsia son menos frecuentes desde que trabaja en la tienda.
Así es como este proyecto, que hoy genera 12 empleos directos, ha mejorado las condiciones de vida de quienes han entrado en contacto con él, desde que abrió hace dos años. Ahora la meta es llegar al exterior y, para eso, ya tienen su segundo local, que lleva mes y medio en Cartagena.
“Es la mejor ventana al mundo”, dice Áxel, su administrador, que dejó Manizales para impulsar el negocio en La Heroica, donde la mayoría de sus clientes son foráneos que se deleitan con el café de cinco lugares del país –Anserma, Aguadas y Marulada (Caldas), Huila y la Sierra Nevada–, mientras aprenden sobre su cultura.
Unen arte, diseño y cocina
Lienzo Café es una de las empresas que estarán presentes en la feria de emprendimiento en Arte, Diseño y Cocina (Ardico) que se realizará por primera vez en una ciudad diferente a Cali, donde se ha hecho desde hace cinco años, tiempo en el que ha recibido cerca de 30.000 visitantes.
En Manizales estará este fin de semana, mostrando diversos proyectos nacidos en la ciudad, como esta tienda de café.
MANIZALES















Colombiano lleva luz a barrios pobres con postes de energía solar Camilo Herrera creó un modelo de alumbrado público autosostenible que ha llegado, incluso, a África. Por: ÉDGAR MEDINA | 12:55 p.m. | 11 de junio de 2015 Camilo Herrera busca llevar luz de día y de noche a zonas pobres y en conflicto. Foto: Archivo Particular Camilo Herrera busca llevar luz de día y de noche a zonas pobres y en conflicto. Infografía El Tiempo. Camilo José Herrera es un joven de 29 años, quien a sus 21 años decidió emprender ante la falta de oportunidades para iniciar una carrera universitaria. “La formación académica es un lujo en Colombia. No podía permitírmelo. Así que decidí forjar mis propios negocios. Primero me involucré en empresas privadas: quebré y aprendí a ser más cuidadoso con los negocios”. En 2011, tras tres años de escollos en el ámbito privado, Herrera conoció un proyecto denominado 'Un Litro de Luz', liderado por el filipino Illac Díaz. Esta organización busca masificar la implementación de una invención que permite llevar luz, durante el día, a hogares con pobres condiciones lumínicas. Las botellas se instalan en casas que, por las condiciones de construcción y su ubicación espacial, carecen de luz incluso durante la jornada diurna. Su funcionamiento se basa en el principio de refracción: se ubica la botella en un orificio del tejado. La mitad de la misma queda por fuera de la estructura y recibe los rayos del sol. Estos, a su vez, se refractan en el interior de la vivienda. Herrera, motivado por el impacto que este sistema podría tener en algunas zonas de Colombia, buscó el correo electrónico de Díaz por internet. Logró contactarlo y entablar un acuerdo para traer 'Un Litro de Luz' al país. Así empezó su aventura en el ámbito del emprendimiento social. Gracias a Un Litro de Luz Colombia, Herrera ha llevado iluminación a 3.702 hogares. Su misión fue enseñar a las comunidades a fabricar las botellas y masificar su uso en nuestro país. No obstante, Herrera no se sentía satisfecho. Aquella era una solución cuyo funcionamiento se restringía al día. Durante la noche, los hogares beneficiados se sumían en la oscuridad de nuevo. En el primer semestre de 2014, llevó a cabo el primer proyecto piloto para llevar luz en las noches al barrio de Granizal, en Medellín, donde 18.000 personas viven sin energía noctura. Al comienzo, su intención era iluminar casa por casa con ayuda de un sistema basado en energía solar. “Sin embargo, nos percatamos de que plantear una solución individualizada suponía que algunos hogares resultaran excluidos. Algunos no podían pagar por las del sistema”, recuerda. Tras una primera jornada de labores en Granizal, cayó la noche y Herrera y su equipo se percataron de la carencia de alumbrado público. “El barrio se sumió en absoluta oscuridad. Entonces nos preguntamos: ‘¿Por qué no diseñamos una solución que beneficie a toda la comunidad y no a unos pocos?’”. Así surgió la iniciativa que lo llevó a ser destacado como uno de los 10 jóvenes innovadores menores de 35 años por parte de la publicación 'Technology Review' del Massachusetts Institute of Technology (MIT): un sistema de alumbrado público autosostenible basado en paneles solares. Infografía El Tiempo El sistema consiste en unos postes -o farolas- de luz de bajo costo: cada uno vale alrededor de 700.000 pesos. Son fabricados en materiales de fácil adquisición como PVC, madera o bambú. Cuentan con un panel solar de 30 vatios y una batería de 18 amperios/hora. Consta de doce bombillos LED, cubiertos por una botella de plástico que los protege contra las inclemencias del clima, con capacidad para emitir luz de color blanco puro. El concepto fue ingeniado por el ingeniero electrónico Pedro López. “La vida útil de cada poste es de 70.000 horas. La batería se recarga en siete horas y brinda autonomía por hasta tres noches”, explicó Herrera. La altura de los postes depende de las necesidades de la comunidad. Si se requieren para actividades que demanden buenas condiciones lumínicas, se recomienda que su magnitud no supere los 5 metros. Si se necesitan para iluminar un área mayor, se sugiere que su talla sea de entre 12 y 15 metros. Las farolas tienen un rango de iluminación de entre 40 metros y 60 metros de radio, en función de su altura. La instalación de las farolas se lleva a cabo en jornadas de voluntariado con la comunidad beneficiaria. Este proceso se ve acompañado por talleres de capacitación donde se enseña a los integrantes de la zona a realizar mantenimiento a los postes y a entender su funcionamiento y virtudes. La implementación del sistema ha sido auspicado por varias empresas y entidades, entre ellas Novartis y la Universidad EAN. Ya son numerosos los barrios que cuentan con esta solución de alumbrado público. Catorce ciudades de Colombia, entre ellas Medellín, Bogotá, Cartagena, Cúcuta, Pereira y San Vicente del Caguán. Sin embargo, esto no es lo más llamativo. Dado que 'Un Litro de Luz' es una organización con varias sedes en el orbe , el sistema de alumbrado público ha llegado a otros países. En abril de este año, Herrera y su equipo instalaron 50 postes en zonas de Ghana y Kenia, en África. Para los próximos cinco años, desean expandir su presencia a 50 países del mundo, 14 en el continente africano. Desean instalar 5.000 postes en zonas en condiciones de extrema pobreza y en conflicto. Herrera aclara que las farolas basadas en energía solar no son algo nuevo. "Otras empresas, como Samsung y Phillips, han creado soluciones similares. Nuestro diferencial fue diseñar un plan de impacto social", concluye.